CONCECUENCIAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
– Consecuencias sociales2
Pérdidas humanas
Según diversos registros, la
Gran Guerra dejó hasta diez millones de fallecidos y unos veinte millones de
militares heridos.
Adicionalmente, algunos
estiman que las víctimas civiles llegaron a los siete millones de personas, lo
que para muchos países implicó perder a un gran porcentaje de sus habitantes.
Esto tuvo consecuencias muy determinantes para las siguientes generaciones.
Por el lado de Alemania, el
Reich movilizó a 11 millones de soldados, de los que fallecieron dos millones.
Por su parte, el Imperio ruso reclutó a 12 millones de hombres, de los que
fallecieron casi dos millones.
En cuanto a Francia, esta
reclutó a ocho millones de franceses, de los que fallecieron 1,3 millones; es
decir, el 16% de los soldados.
Reino Unido perdió unos 850
000 soldados, Italia perdió a 700 000, y Austria-Hungría perdió 1,5 millones de
hombres, que representaban el 19% de todos los soldados reclutados.
Las más afectadas fueron las
naciones de menor tamaño: Rumanía, Serbia y Montenegro. Por ejemplo, de los 700
000 soldados enviados por Serbia, fallecieron en batalla unos 130 000.
Adicionalmente, Serbia perdió
al 11% de la población, porque fallecieron 540 000 personas en total. Sin
embargo, las peores cifras las obtuvo Montenegro, ya que este país perdió el
16% de sus habitantes.
Brecha social y malestar
psicológico
La Primera Guerra Mundial
propició la creación de una brecha social muy fuerte en la demografía de
Alemania, Serbia, Francia, Turquía y Montenegro, lo que ocasionó un malestar
social constante, especialmente en las viudas y huérfanos que generó.
Además, aquellos que
sobrevivieron tuvieron que lidiar con amputaciones, desfiguraciones y
discapacidades permanentes, lo que impidió que llevaran una vida normal en una
sociedad donde todavía no existían médicos de rehabilitación ni prótesis
modernas.
A su vez, muchos de los
soldados que se negaron a participar en las contiendas terminaron en centros
psiquiátricos o en prisión, porque no cumplieron con las obligaciones
patrióticas que les exigían. En esos casos el protocolo contemplaba ese tipo de
reprimenda hacia dichos ciudadanos.
Efectos en la salud
Además de las pérdidas humanas
directas, la Gran Guerra también trajo consigo el florecimiento de las
enfermedades. Por ejemplo, en 1914 el tifus exantemático epidémico —transferido
por los piojos— mató a doscientas mil personas en Serbia, mientras que en Rusia
resultaron afectados 25 millones de personas por el mismo padecimiento.
También se extendió la
conocida pandemia de gripe de 1918, que mató a 50 millones de civiles en todo
el mundo. De igual forma se propagó la gripe española, que fue denominada así
porque la España neutral fue el único territorio donde se informó sobre esta,
ya que los países involucrados en la guerra censuraron la información.
La pérdida de una generación
completa
Algunos historiadores señalan
que durante la Primera Guerra Mundial se perdió una generación completa, ya que
murieron demasiados hombres jóvenes. Además, los que sobrevivieron
permanecieron inhabilitados, lo que les impidió continuar con sus vidas,
reincorporarse al trabajo y formar una familia.
A esto se le suma un fuerte
sentimiento de desconfianza y desilusión frente a las figuras políticas y los
partidos. En este contexto inició un proceso amargo de aceptación de la nueva
realidad, en la que los sueños optimistas y las nociones de progreso fueron
dejados de lado.
–
Destrucción y altos costos
Algunas zonas de Serbia,
Bélgica y Francia quedaron completamente destruidas, por lo que los costos de
la reconstrucción llegaron a los cien millones de francos. Además, la esperanza
de los vencedores sobre el financiamiento de los costos de la guerra mediante
reparaciones aportadas por el equipo vencido resultó una ficción irrealizable.
Reino Unido se convirtió en
uno de los países más endeudados luego de haber sido el acreedor del mundo,
mientras que Alemania tuvo que lidiar con una inflación gigantesca.
De igual forma, Europa perdió
su hegemonía y le dio paso a los Estados Unidos, que se convirtió en el nuevo
acreedor del mundo.
Bloqueo económico a Alemania y
reparaciones de guerra
En la Conferencia de Paz de
1919, llevada a cabo en París, se impuso el bloqueo económico a la nación de
Alemania y se le asignaron las reparaciones posteriores. Los gastos totales
fueron 956 000 millones de marcos de oro, que quedaron distribuidos entre el
Imperio británico, Francia, Estados Unidos, Rusia, Austria-Hungría e Italia.
La mayoría de estos gastos
fueron sufragados como bonos de guerra. Solamente en Alemania los gastos
bélicos diarios alcanzaban los setenta millones de marcos; sin embargo, esta
cifra aumentó de forma significativa luego del programa Hidenburg.
– Consecuencias políticas
Los tratados de paz
Los acuerdos de paz fueron
firmados entre 1919 y 1920. El 18 de enero de 1919 se dio inicio a la
Conferencia de Paz de París. Un día que no fue escogido arbitrariamente, ya que
el 18 de enero se fundió el Imperio alemán.
En la mayoría de los casos,
las negociaciones se llevaron a cabo en secreto y fueron excluidos Rusia y el
resto de los países derrotados.
A partir de marzo del mismo
año se comenzó a intercambiar información con los países vencidos mediante el
Consejo de los Cuatro, donde se reunían los líderes de los países vencedores:
Reino Unido, Francia, Italia y Estados Unidos. Posteriormente se firmó el
Tratado de Versalles, un acuerdo de paz en el que participaron hasta cincuenta
países.
El Tratado de Versalles
Los países europeos decidieron
castigar duramente a Alemania por su papel en la Primera Guerra Mundial, un
acuerdo que pronto atormentaría al mundo.
El 28 de junio de 1919, a las
afueras de París, los dignatarios europeos se congregaron en el Palacio de
Versalles para firmar uno de los tratados más odiados de la historia. El
Tratado de Versalles puso fin formalmente a la Primera Guerra Mundial y, al mismo
tiempo, sentó las bases de la Segunda Guerra Mundial. Aunque fue precedido de
una conferencia de paz que duró más de un año, no gustó a ninguno de los países
firmantes.
Del idealismo al castigo
Durante la Primera Guerra
Mundial, el presidente Woodrow Wilson había propuesto los Catorce Puntos, un
plan de paz mundial que incluía fundar una asociación de naciones para
garantizar la seguridad en Europa e impedir que los países firmasen tratados
secretos de protección mutua. Gran parte de ese plan idealista se hundió
durante las negociaciones cuando las otras naciones aliadas centraron sus
prioridades en las reparaciones.
El propio tratado se basó en
culpar a Alemania de la guerra. El documento quitó a Alemania el 13 por ciento
de su territorio y una décima parte de su población. La región de Renania fue
ocupada y desmilitarizada, y la nueva Sociedad de las Naciones se apropió de
las colonias alemanas. El ejército alemán quedó reducido a 100.000 hombres y se
prohibió que el país reclutase soldados. Se confiscó la mayor parte de sus
armas y su armada se quedó sin grandes buques. Alemania fue obligada a someter
a juicio a su emperador, Guillermo II, por crímenes de guerra. Y el tratado
exigía que Alemania pagara 269.000 millones de marcos de oro, el equivalente a
33.000 millones de euros.
Los líderes europeos firmaron
el tratado en la Galería de los Espejos del Palacio de Versalles, el lugar
mismo donde se había creado el Imperio alemán y donde el padre de Guillermo II
había sido coronado emperador en 1871. Supuso una bofetada para Alemania, cuyos
residentes consideraron la famosa cláusula de «culpabilidad de la guerra» una
humillación. (Estados Unidos no ratificó el tratado por la división política
entre demócratas y republicanos.)
Las consecuencias del tratado
Aunque existía un deseo real
de paz tras la desastrosa guerra, el tratado no logró los efectos esperados.
Furiosos por lo que consideraban un duro diktat (una paz impuesta),
los políticos alemanes de derechas utilizaron el tratado como punto de
encuentro nacionalista. Las abrumadoras reparaciones y pagos redujeron la
producción industrial del país y otras fuerzas provocaron hiperinflación en los
años 20, que desempeñó un papel en la inestabilidad económica de la Gran
Depresión.
Los líderes europeos no
estaban satisfechos con el mapa redibujado de Europa y las concesiones que
había hecho cada uno en nombre de una paz incómoda, ya que algunos estaban
decepcionados por que Alemania no hubiera sido tratada con más dureza aún.
En 2010, 99 años después de
que entrara en vigor el Tratado de Versalles, Alemania acabó de pagar el último
plazo de su deuda de guerra. Para entonces, llevaban a sus espaldas otra guerra
mundial. En la actualidad, el Tratado de Versalles sigue siendo un estudio de
cómo, en lo que respecta a la guerra, las consecuencias inesperadas pueden
anular hasta las mejores intenciones.
video